Quizás no sea el más indicado para hablar de él, para contar sobre su vida, quizás no sea el que más le conociera o con quien compartía su tiempo libre… pero sí sé que el sentimiento que tenemos sobre tu marcha es el mismo en todos nosotros: tristeza.
Blas fue uno de los primeros socios del Grupo Espeleológico
de Villacarrillo allá por el 85, ha sido testigo de toda la historia del GEV,
ha visto todas las sedes por las que el Club ha pasado y evolucionó en esa
espeleología modesta y precaria hasta las modernas técnicas que actualmente
conocemos. Permaneció en activo en el Club hasta el año 2008 aproximadamente
pero siguió ligado al mismo por la amistad hasta entonces, acompañándonos en
viajes, jornadas y celebraciones.
Aún me sorprendo con interés cuando cuentan los más
mayores del Club que Blas descendía por la cuerda sin arnés ni nada usándola
sobre su cuerpo, técnica antigua de su paso por el Cuerpo de Paracaidistas.
Tenía una frase para cualquier cosa, siempre algo gracioso.
Si Blas aparecía, enseguida todos estábamos de risas, era un tío campechano y
divertido. Aquellos jueves que nos juntábamos en la Sede del Club y él aparecía
por la puerta, ya sabíamos que íbamos a regresar tarde a casa.
Recuerdo mi última expedición de cuevas con él en el
2005… andábamos por la Sierra de las Villas con el agua congelada de casa… nos
disponíamos a comer a medio día y ahí estaba él con una de las suyas: “Toni
(como siempre llamaba a Antonio) esto no es lo que era, antes traíamos nuestras
litronas fresquitas y las latas de mejillones, de aceitunas, bolsas de patatas…
ahora una mierda de bocadillo y una coca cola, me vais hacer que no venga más”.
Tras darle la razón entre risas, muy verdadera por cierto, hablaba de la
cantera de por aquel entonces: “los enanitos esos son unos artistas, son buenos
pa’ esto”, (refiriéndose a Felipe, Fátima, Juanjillo, Jose Ángel, Cristian y
Moisés, que en esos años cogían dos en un arnés…). Y que razón Blas…hoy todos ellos piensan en ti.
Siempre recordaremos las muchas anécdotas contigo,
las que nos cuentan y las que vivimos, todas esas vivencias y momentos que
nunca olvidaremos. Hoy el murciélago del GEV es más negro que nunca.
Volabas vestido de ángel en el primer Belén viviente
de Villacarrillo, descubrías el Refugio de la Guerra Civil, fundabas la Escuela
de Espeleología, recibías el Premio Ciudad de Villacarrillo y vivirás eternamente
en nuestro corazón.
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